Introducción:
La economía informacional/global se organiza en torno a centros de mando y control, capaces de coordinar, innovar y gestionar las actividades entrecruzadas de las redes empresariales. Entendemos por servicios avanzados: las finanzas, los seguros, la inmobiliaria, la consultoría, los servicios legales, la publicidad, el diseño, la mercadotecnia, las relaciones públicas, la seguridad, el I+D...
Barcelona respecto a Madrid:
En 1986 España entró en la Comunidad Europea, abriéndose por completo la inversión de capital extranjero en los mercados bursátiles, en las operaciones bancarias y en la adquisición de patrimonio empresarial. La inversión extranjera en Madrid y en su bolsa alimentó un periodo de rápido crecimiento económico regional, junto con el auge de las propiedades inmobiliarias y una rápida expansión del empleo en servicios empresariales. En consecuencia Madrid sufrió una profunda transformación debido a la saturación del valioso espacio del centro (Tokio, Nueva York y Londres) y por un proceso de suburbanización periférica.
Los servicios avanzados y aún más los servicios en general se dispersan y descentralizan a la periferia de las áreas metropolitanas, a zonas metropolitanas menores, a regiones menos desarrolladas y a algunos países menos desarrollados. Barcelona se encuentra entre esos nuevos centros regionales de actividades de procesamiento de servicios produciéndose un nuevo desarrollo de oficinas en los límites de la ciudad histórica.
La economía informacional/global se organiza en torno a centros de mando y control, capaces de coordinar, innovar y gestionar las actividades entrecruzadas de las redes empresariales. Entendemos por servicios avanzados: las finanzas, los seguros, la inmobiliaria, la consultoría, los servicios legales, la publicidad, el diseño, la mercadotecnia, las relaciones públicas, la seguridad, el I+D...
Barcelona respecto a Madrid:
En 1986 España entró en la Comunidad Europea, abriéndose por completo la inversión de capital extranjero en los mercados bursátiles, en las operaciones bancarias y en la adquisición de patrimonio empresarial. La inversión extranjera en Madrid y en su bolsa alimentó un periodo de rápido crecimiento económico regional, junto con el auge de las propiedades inmobiliarias y una rápida expansión del empleo en servicios empresariales. En consecuencia Madrid sufrió una profunda transformación debido a la saturación del valioso espacio del centro (Tokio, Nueva York y Londres) y por un proceso de suburbanización periférica.
Los servicios avanzados y aún más los servicios en general se dispersan y descentralizan a la periferia de las áreas metropolitanas, a zonas metropolitanas menores, a regiones menos desarrolladas y a algunos países menos desarrollados. Barcelona se encuentra entre esos nuevos centros regionales de actividades de procesamiento de servicios produciéndose un nuevo desarrollo de oficinas en los límites de la ciudad histórica.
La descentralización del trabajo de oficina afecta a las oficinas traseras, es decir, al procesamiento masivo de las transacciones que ejecutan estrategias decididas y diseñadas en los centros empresariales de altas finanzas y servicios avanzados de Nueva York, Tokio y Londres. Son estas las actividades que emplean al grueso de los trabajadores semicualificados, en su mayoría mujeres que viven en los suburbios, en gran parte reemplazables o reciclables a medida que la tecnología evoluciona y la economía sube y baja.
Geolocalización espacial de las diferentes clases sociales en Barcelona en la era de la Información
Geolocalización espacial de las diferentes clases sociales en Barcelona en la era de la Información
La nueva élite gestora-tecnócrata-política crea espacios exclusivos tan segregados y apartados del conjunto de la ciudad como los barrios burgueses de la sociedad industrial. Las zonas residenciales exclusivas tienden a apropiarse de la cultura e historia urbanas, situándose en zonas rehabilitadas o bien conservadas del centro de la ciudad. Sin embargo, en el caso de Barcelona, esta tendencia es limitada, donde la nostalgia por el típico pueblo catalán con mercado se traduce en la residencia de capas profesionales en suburbios selectos como Sant Cugat del Vallès en el área metropolitana, urbanizando un tranquilo pueblecito como Sant Cugat cercano a Barcelona en los años noventa del siglo XX.
El mundo suburbano de Barcelona es un espacio socialmente diversificado, esto es, segmentado en periferias diferentes en torno a la Barcelona central. Están los suburbios tradicionales de la clase obrera, como Can Cuiás, Torre Baró, el Carmelo, Nova y Vella Trinitat... organizados en torno a grandes polígonos públicos de viviendas que después se obtienen en propiedad. Los barrios obreros tradicionales, habitados cada vez más por los trabajadores de servicios, constituyen un espacio característico, un espacio que, al ser el más vulnerable, se convierten en el campo de batalla entre los esfuerzos reurbanizadores del comercio y la clase media alta y los intentos de invasión de la contracultura, como es el caso del centro social autogestionado de Can Vies en el barrio obrero de Sants, que tratan de reapropiarse el valor de uso de la ciudad.
Por lo tanto, suelen convertirse en espacios defensivos para los trabajadores, quienes lo único que tienen por lo que luchar es su hogar, siendo al mismo tiempo barrios llenos de sentido y probables bastiones de xenofobia y localismo como es el caso de Ciutat Meridiana.
Están las urbanizaciones habitadas por una población más joven de clases medias cuya edad les dificulta penetrar en el mercado de viviendas de la ciudad central. Este segmento de la población se encuentra localizada en los barrios de l'Esquerra de l'Eixample, la vila de Gràcia y Sant Andreu.
También están los guetos periféricos de viviendas públicas más antiguas, ejemplificados por La Mina o el Hospitalet de Llobregat, donde las nuevas poblaciones de inmigrantes y las familias obreras pobres experimentan su exclusión del derecho a la ciudad.
Los suburbios también son el emplazamiento de la producción industrial, tanto para la fabricación tradicional como para las nuevas industrias de alta tecnología que se sitúan en las periferias del área metropolitana más nueva y deseable desde la perspectiva medioambiental cerca de los centros de comunicación y de conocimiento universitario pero apartadas de los antiguos distritos industriales. Este es el caso de Cerdanyola del Vallès y su centro de industria limpia con el establecimiento en 2009 del Sincotrón ALBA o acelerador de partículas con aplicaciones en la creación de fármacos, nuevos materiales o objetos minúsculos.
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