El documental El
Silencio de los Otros (2018) de Almudena Carracedo y Robert
Bahar, ayuda a cuestionar las formas hegemónicas en que se impuso el
discurso histórico en España. ¿No tenían derecho las mujeres solteras
a tener hijos durante el nacionalcatolicismo?, ¿Quién tenía derecho a tener
hijos durante el Franquismo?, ¿Es legítimo el robo de bebés y su entrega a
familias que están a favor del régimen franquista?; ¿Y si no es legítimo se
merece una condena e incluso un castigo legal?; ¿Quién son esas mujeres a las
que se les robaron los bebés?; ¿Quién son esos niños robados?, ¿Qué familias
los acogieron?;
Cada página, una victoria del
régimen contra la barbarie roja. ¿Qué doctores, monjas, curas y oficiales del
régimen dieron su beneplácito para que esto ocurriera? Cada diez años un nuevo
crimen del régimen franquista. Tantas historias, tantas preguntas.
¿De quién
son los cadáveres que se hallan en las fosas comunes?; ¿Merecen las familias
poder enterrar a sus antepasados en sus nichos familiares?, ¿En el nombre de la
ley de Amnistía deben los cadáveres seguir enterrados sin reconocimiento por
parte de sus familiares?; ¿Los que no fueron fusilados fueron a campos de
trabajo para presos políticos?; ¿Hubo campos de concentración en la España
franquista?; ¿Cuáles eran, dónde estaban, en qué condiciones vivían los
prisioneros políticos de guerra?; ¿Quién dirigía esos campos de concentración?.
El
documental el Silencio de los Otros nos ayuda a poner en cuestión la
manera de pensar la historia de España. A deconstruir la concepción de
la historia y la del tiempo en España. La historia la construyeron los que
ganaron la guerra civil, nosotros, los perdedores, no salimos a repetir el mismo
esquema, la matriz no se puede repetir. Hay que cambiar la concepción
de la historia en España.
El mundo
venidero mira hacia atrás porque si peleamos por un mundo más justo, la
justicia en el futuro la alcanzamos si logramos redimir a todos los muertos de
la historia que han sido derrotados y disueltos sus testimonios. Si el
enemigo vence ni siquiera los muertos estarán seguros porque sus testimonios
desaparecerán, por eso la lucha por quién escribe la historia no
es poca cosa, no es simplemente un juego de historiadores. Hablamos
de la posibilidad de una justicia real en el que todos los
vencidos independientemente de la clase social, género, pueblo, cultura...
tengan la posibilidad de reconciliarse con su propia historia.
Cómo decía
Arzalluz, la ley de Amnistía es una ley del silencio, un pacto tácito de no
remover el pasado para poder seguir construyendo el futuro sin represalias.
Pero hasta que España no redima a todos los muertos de la Guerra Civil (y no
sólo a los que se hallan en el Valle de los Caídos), no habrá
justicia real ni posibilidad de reconciliación con la propia historia. Mientras
no se derogue la ley de Amnistía de 1977 los mismos que ganaron la Guerra Civil
y sus descendientes, seguirán construyendo la historia de España; y España como
sujeto histórico, seguirá en decadencia, porque con la mirada hacia atrás (sin
haber resuelto los dramas de la historia de España), cada vez que se progresa,
se arruina.
Sí a la verdad
histórica. Sí a la derogación de la Ley de Amnistía de 1977 como
ha hecho ya Chile o El Salvador entre otros países.
Que lindo amorcito. Sos un excelente escritor
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