La elección de los modos de estar en el mundo es una decisión individual de proyectarse ante el futuro entre las diferentes posibilidades. Estas etapas son evolutivas pero algunos individuos se hallan varadas en algunas de ellas y al ser incapaces de desarrollarse sufren y hacen sufrir.
De esta manera, la película de Ingmar Bergman Prisión (1948) se puede interpretar como una libre interpretación de la obra de teatro “A puerta cerrada” de Sartre. En el que el yo y el otro somos dos mundos diferentes destinados a chocar, a entenderse. El ser es un yo que se forma cuando escoge, yo soy la Nada de mis decisiones, y nos vamos creando con nuestras decisiones.
Esta elección es en
base a opciones influidas por un pasado. Estamos condenados a ser libres pero
en un contexto. El hombre es lo que hace
con lo que hicieron de él. El hombre vino a este mundo para ser libre y al
ser libre siempre puede cambiar la historia. El hombre vive alienado pero antes
de alienarse fue libre, lo que hay que hacer es conquistar la libertad. Todos somos bastardos, todos queremos
llegar a ser.
De esta manera, la conciencia es conciencia de sí, si es
conciencia del mundo. Conciencia y mundo no están separadas. En el yo tomo
conciencia, es momento de reflexión. La conciencia está en peligro porque vive
arrojada en el mundo, puro compromiso con el afuera. Es una filosofía
intencional que arroja a la conciencia al mundo. La conciencia no constituye el
mundo, porque el hombre es un proyecto. El hombre hace la historia dialécticamente.
El ser en sí es aquello que es, una roca, una montaña,
nada va ser distinto. El-ser-para-sí es el ser proyectado hacia el futuro que
quiere salir de sí y que también tiene su cosificidad porque somos lo que hemos
elegido. Al ir eligiendo, nos elegimos a nosotros mismos. El para-sí tiene un
pasado. El para-sí o realidad humana
tiene un pasado compuesto por tus elecciones, lo que hay detrás es tu
facticidad. El pasado es el en-sí aquello inmodificable, somos nuestro
pasado, ahora bien, el presente es la Nada, siempre proyectado. El para-sí son
proyectos, en el presente el para-sí es nada, es mero proyecto.
La conciencia existe en cuánto está proyectada al futuro,
en el presente no somos nada porque puedo modificar la nada en un futuro, es lo
que todavía no es. La conciencia no es el pasado, porque en el presente vive
arrojado a su futuro, es estado de arrojo. El para-sí es lo que no es. Esta
conciencia sin contenido vomitada en el mundo existe entre hombres y cosas, y
es una nada.
El hombre es un ser por el que la nada viene al ser, el
ser es todo aquello que ya es definitivamente algo. El ser inauténtico quiere
ser un ser-en-sí que oblitere sus posibles para que oblitere sus posibles para
no enfrentarse con el posible de la muerte. El ser-para-sí (la conciencia) al
estar arrojada al mundo está libre. Si esa libertad se enajena es porque ha
existido antes una libertad. Sólo eligiendo me voy a elegir. Un hombre es lo
que hace con lo que hicieron de él. Somos libres, responsables de nuestros
actos. El torturado es el que decide en qué momento se quiebra. Si el hombre es
el ser en sí, es un agujero en el ser, porque trae la nada al mundo. La
libertad está para perderla. La libertad es el fundamento del ser. Hay ser
porque le hombre es libre. La existencia precede a la esencia. El hombre no
tiene esencia, es existencia. Somos todos bastardos no tenemos nada detrás que
nos justifique. Nos damos al ser eligiendo a través de la Praxis y en cada
elección escogemos ser. Tenemos el peso de darnos el ser. No estamos determinados
y esta libertad es nuestra posibilidad. Al escoger nos damos un en-sí. Todas
nuestras elecciones tienen un peso ontológico.
La libertad es la creación
constante de elecciones libres en las que el hombre se compromete con el mundo
real. Al comprometerse con el mundo real elige, y al elegir, se elige a sí
mismo. La existencia precede a la esencia, nos lo vamos dando. El hombre está
condenado a ser libre, y lucha por recuperar su libertad. La libertad produce
angustia. Existente inauténtica se traga todo lo que le echan encima, Sartre
pide que sientas angustia para que experimentes la Nada y seas libre y luches
por la libertad. El hombre se rebela contra lo que intentan hacer de él. Cada
hombre es lo que hace con lo que hicieron de él.
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