miércoles, 28 de mayo de 2014


Los estudiantes de humanidades deberían aprender algo de ciencia, y del mismo modo, aquellos que estudian lenguas clásicas o literatura española debería estudiar matemáticas. ¿Por qué? porque de esa manera estaremos preparando la mente humana para el mundo en el que vivimos. Si no entendemos mejor el lenguaje de las ciencias no podemos entrar en los debates que se avecinan. A los cieníficos les gustaría hablar con los literatos y linguistas, pero los literatos y linguistas no saben escucharles. Esta es la cuestión. 

Las matemáticas, la computación y el cálculo han sustituido a las humanidades. Las humanidades  y la "alta" cultura de los "letreros" son en general decepcionantes y viven en una eterna vanagloria. La idea de que la cultura científica compartida, en el sentido humanístico, ayuda a superar el hiato entre las dos culturas, la científica y la humanística, ha acabado cuajando durante los últimos años en la propuesta de una tercera cultura que, habría de conducir a unas humanidades nuevas, de base científica, a la altura de las necesidades del siglo XXI. 

Si se quiere tomar en serio la resolución racional y razonada de los asuntos socioculturales y ético-políticos en sociedades como las nuestras, en las cuales el complejo tecno-científico ha pasado a tener un peso primordial, los humanistas van a necesitar cultura científica para superar las actitudes sólo reactivas, basadas en tradiciones literarias.

Del mismo modo los científicos contemporáneos necesitan formación humanística para superar el viejo cientifismo de raíz positivista que considera el progreso humano como una mera derivación del progreso científico-tecnológico. 

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