viernes, 13 de septiembre de 2013



Los grandes clásicos de la literatura siempre estan  de actualidad. Son historias universales, en su sentido más amplio, y que representan las grandes cuestiones que se preguntan los seres humanos. Por mucho que cambiemos, seguimos teniendo las mismas inquietudes existenciales que en la Grecia Antigua, cuna de Occidente. Esto lo sabía Jean-Luc Godard cuando adaptó la novela de Alberto Moravia, que a su vez estaba basada en la Odisea de Homero para filmar su película titulada "Le Mépris" (El Desprecio). 

Michel Piccoli, Ulises, un simple hombre luchando con la bañera. Brigitte en pleno proceso de deificación al ponerse la peluca negra.

La Iliada representa la batalla de los hombres contra los Dioses. No hay que olvidar que los Dioses son creados por los hombres y no a la inversa. Por lo que hallamos que en el fondo es la batalla de un hombre, Ulises, contra sí mismo. Una batalla por tomar la conciencia de la existencia y del devenir de la vida. La batalla principal y determinante del ser humano es la batalla contra sí mismo, contra la Nada, contra la Angustia de vivir en un mundo creado por Dioses y en el cual debemos desarrollarnos.


El productor americano o Neptuno el enemigo de Ulises el guionista.






Cada época tiene sus Dioses, en la Antigua Grecia, el enemigo principal de Ulises era Neptuno, que sembraba su camino de infortunios. Para Godard, el principal enemigo del guionista de cine es el productor de cine capitalista americano que viene a rodar una película a Cine Città sobre la Iliada. Durante la película es explícita la predilección del productor americano por los Dioses y su forma de actuar déspota y enfermiza con la que quiere imponer su visión de la Iliada, sin tener una base cultural suficiente como para ello. El capricho guía su actitud así como guiaba la acción de los Dioses. 

                                                                                      Ulises y Penélope. 



Igual que en la novela de Homero, la mujer de Ulises, Penélope (representada por Brigitte Bardot arquetipo de la belleza en la contemporaneidad), es cortejada por los hombres. En el caso de la película, es el productor de cine norteamericano que corteja, seduce y besa a Brigitte Bardot. En cambio, en la novela, son los barones de la ciudad que cortejan a Penélope, arquetipo de la belleza en la Antigua Grecia. Se podría decir que en la película, hallamos una Penélope mucho menos ingeniosa que la de la novela, puesto que no inventa ninguna artimaña para evitar al productor americano. Es más, el productor americano, tiene una teoria sobre la Odisea, para él Penélope le fue infiel a Ulises y esto se acaba cumpliendo en la película. El comportamiento de Brigitte Bardot en la película se podría interpretar como ingenuo, caprichoso, despechado y como desprecio hacia Michel Piccoli, su marido, en definitiva, el desprecio de los dioses hacia los hombres. A lo largo de la película se produce una deificación de Brigitte, pasa de ser una mujer terrenal y arquetipo de la belleza a tener una actitud muy parecida a la de los dioses. El zenit de esa transformación se cuece en la escena en la que ambos se encuentran en casa, y ella se pone la peluca negra, definitivamente Brigitte ha cambiado, se ha transformado en Dios. 

Al final de la película, Brigitte escoge quedarse con el productor americano que simboliza el Dios terrenal, el capital, y en cambio, Michel Piccoli, lejos de obcecarse en ello, parece que se encuentra a él mismo volviendo al teatro y dejando el cine, donde sólo trabajaba por dinero, para pagar un piso de lujo a su mujer, Brigitte, y a él. Encontramos a un Michel Piccoli que ha dejado de creer en Bardot, encontramos a los hombres que han dejado de creer en los Dioses, principio del fin para los Dioses.     

        Brigitte, Penélope, subida en el montículo de la casa de Capri, en el Olimpo de los Dioses, convertida ya en Diosa 

La moraleja de la historia es la misma, tanto en la adpatación, como en la novela: la batalla de un hombre contra sí mismo y la realización personal. En ambas Ulises vuelve a Ítaca, su verdadera patria. En cambio, la figura de la mujer cambia. En la novela, Penélope espera a su marido, y urde todo tipo de artimañas para evitar a los barones que la cortejan. Encontramos una esposa fiel y paciente. En la película, la figura de Brigitte es el de una mujer que deja de amar a su marido, a su amrido por lo que él és, por lo que él representa. Michel Piccoli representa la cultura, la sabiduría, elo conocimeinto, que le viene heredado de los dioses, en este caso Fritz Lang. Bardot ya no quiere saber más de los hombres y se desentiende, yéndose en el flamante descapotable rojo con el productor americano. Como en el mejor teatro griego, el final es trágico, en el viaje de vuelta a Roma, Brigitte y el productor americano, tienen un accidente de coche en el cual hallan la muerte. Los Dioses al fin y al cabo son humanos, son hombres, y por lo tanto, son débiles. También se puede interpretar como un castigo moral a la mujer que deja a su marido por dinero.   


Para ir acabando, la figura de Fritz Lang, me parece que guarda sintonía con la figura de Atenea en la novela de Homero. La camaradería de la relación entre ambos y los consejos que le da a Michel Piccoli, hace recordar a los consejos y la relación que tenían Atenea y Telémaco en la novela de Homero. Por último, Jean-Luc Godard, es Zeus, es el director de cine, es el cine dentro del cine, la tragedia dentro de la tragedia, la mitología dentro de la mitología.   


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