En este libro Ortega y Gasset intenta
buscar cuál es el origen de la situación de España. Comienza comentando que la
formación de una nación no debe buscarse en el pasado sino en el futuro. Lo que
hace convivir a las personas no es un origen común sino un futuro por hacer. Es curioso como posteriormente, hacia
el final del libro, el mismo Ortega comenta que el origen dela decadencia de
España viene de la Edad Media y de su caquéctico feudalismo. Concibe a España
como un proyecto de Castilla y por Castilla hecha. También habla de los
nacionalismos periféricos y de su particularismo que les hace sentirse diferentes
subjetivamente aunque objetivamente no sean discriminados. Para Ortega es una
cuestión subjetiva y que además trata en un pie de página.
Da la impresión de que Ortega y
Gasset se siente incomprendido tanto por las clases populares a las que comenta
que fueron las artífices del colonialismo de las Américas y no la burguesía.
Por otro lado, también le llama la atención de que a un proceso que dura ocho
siglos se le llame reconquista. Para Ortega la historia de España ha sido
escrita por la masa, porque cuando se ha tenido que hacer algo la ha tenido que
hacer ella misma, dada la incompetencia de las clases dirigentes. De ahí la
denuncia de la falta de hombres ejemplares que según Ortega es fruto del
chabacanismo aburguesamiento de la burguesía española que no permite que haya
nadie que piense diferente a ella y del repudio de la masa por aquellos
inteligentes. Desde este punto de vista, al final del libro Ortega comenta que
hay que forjar un nuevo hombre español, un hombre que tienda al
perfeccionamiento y no a la destrucción del que es más inteligente y mejor
persona. No se trata de ser lo que uno no es, pero de llegar a ser lo que uno
es: la masa debe seguir el ejemplo de los mejores. Pero, ¿quién son los
mejores? Para eso Ortega comenta que hay que perfeccionar los mecanismos de
selección sin dar más comentarios al respecto.
Para acabar, la causa de la decadencia de España es “la
rebelión sentimental de las masas, el odio a los mejores y la escasez de éstos”.
Bajo mi punto de vista, Ortega
acierta plenamente en el análisis de la decadencia de España. Cuando ha habido
que hacer algo, ha sido la masa quién ha llevado la iniciativa, dado que las
clases dirigentes siempre han ido un paso por detrás. Faltan dirigentes que con
su ejemplo dirijan a la masa. Nos guste o no, siempre habrá una masa y unos
dirigentes, pero hace falta perfeccionar los mecanismos de selección, y bajo mi
punto de vista, también el mantenimiento en el poder de esa minoría.
Necesitamos ministros de agricultura que se dediquen a recoger fruta en los
campos, y no sólo discutan en Bruselas las medidas de la PAC (Política Agraria
Común). Necesitamos un ministro de vivienda que construya viviendas y que socialice
las viviendas vacías y no sólo que permita desalojos. Gobernar mediante el
ejemplo, es la manera para que España tenga un referente, un modelo a seguir y
de esta manera, un futuro que hacer. Todo lo que se aleje de esta postura
seguirá escribiendo páginas de decadencia en la historia de España.
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