lunes, 10 de febrero de 2014



Aquel verano comenzaba una nueva vida. Había roto los pocos lazos que aún le quedaba con el pasado, un pasado gris, sin ilusión como ese eterno personaje solitario en un cuadro de Hooper. Ahora su cuerpo sudaba, se movía, se retorcía, vibraba con la música, chillaba de alegría y pedía a gritos vivir, ser él mismo, ser una mentira propia en la mar de sombras y apariencias. Eso y nada más, una mentira que sea verbalizada por otros, una mentira con denominación de origen, una mentira pura sin tener que pedir permiso a nadie para ser eso, una argucia, un artificio, una farsa, una ficción, una patraña, un infundio, una falsedad, un embuste, un enredo, un error más en la creación divina. El pasado representaba para él una negación del sí, una súplica contínua, una mendicidad del alma simplemente por eso, por ser. El pasado, sabía él, no se podía borrar así como así y tenía que cerrar todas aquellas puertas que en algún punto de su transcurrir en la rambla de la vida había (tras)pasado. Esas intersecciones estaban ya fuera de todo peligro para él y ahora solo veía estrellas ene l firmamento, las estrellas que ahora veía con intensidad no se hallaban en el cielo. Aquel cielo plagado de estrellas al que Mayakovsli le cantaba y aspiraba a llegar a ellas y que un buen día se metamorfosearon en suicida pistola, ahora se le presentaban espejismos de otro tipo de estrellas que llevamos dentro. La palabrería que le habían insuflado por vía educativa había trastocado su percepción de la realidad hasta elevarlo a las alturas de la crisis nerviosa. La soledad de machado, la voluntad de poder de Nietzsche, el nihilismo de Joy Division, la falsa bohemia de Aznavour, las rosas de Baudelaire, la vehemencia de Mayakovski, el falso progresismo de los detectives Carvalho... desde su naïveté de joven créelo-todo había acabado transformándose en un personaje kafkiano atrapado por las zarpas de la burocracia, la mendicidad matriculada, el marxismo pop, la endogamia intelectual, el corporativismo del chimpancé, la politización de la vida.... y un largo sinfín de comisarios académicos con los que había tenido encuentros en la tercera fase. 

-¿Cómo es que últimamente no has venido por la facultad? Es tu puesto de trabajo y no puedes abandonarlo así como así...
- Necesitaba desconectar, confundirme con la multitud de la calle, imaginar que puedo ser una persona "normal". 
- Pero tienes tus obligaciones, tus deberes que debes cumplir....
- El único deber que tengo es conmigo mismo y con Dios. Mi vida es mía y en ella mando yo con permiso de Dios. 
- ¡Pardiez! ¿y el partido? no puedes olvidar todo lo que ha hecho el partido por ti. 
- ¡El partido! ¿Te refieres al partido de la mediocridad matriculada?, ¿y a esa estética pop-marxista d la presumen? Estoy harto de sus arengas que intentan seducir con sus lúgubres cantos de cárcel y cadena y cuadrilla. Vuestros razonamientos son una mixtura de medias verdades y de tópicos, vuestra visión del mundo un  compuesto de concepciones erróneas que se derivan de una historia de nuestra nación errónea, escrita desde la errónea perspectiva de un túnel de metro. Sois todas unas rameras liberadas que se dedican a investigar sumergiéndose así en el olvido, una bulliciosa colmena de abejas burocráticas que olvidan la imprescindible dimensión espiritual del hombre. Sois, congénitamente incapaces de ir más allá de la máscara de maquillaje y labios pintados y otras vulgaridades... sois unas putillas descaradas y sin seso con la cabeza llena de ideas erróneas y de juicios de error abismales. 
- ¡Abrase visto otra!, ¡Cállese por amor a Dios!
- Hablo y digo lo que digo por amor a Dios. Le pido piedad por usted una mujer con el cerebro que usted tiene puede dar gracias a Dios de que no la hayan metido en el zoo.
- Debería alegrarse de estar trabajando. 
- Caigo de rodillas todas las noches señora ¡Asquerosa!, ¿Cómo se atreve a pretenderse profesora de universidad? Con esa cara de Duquesa de Alba ¡Degenerada! Usted no creo que ni sea capaz de enseñar a hacer una lista de compras para la tienda. Usted es una vejestoria ama de casa comunista que solo piensa en enviar a los jóvenes investigadores a gulags donde se transcriben entrevistas. 
- Pues si no le gusta ¡Váyase!
- No señora ama de casa, ¡Me voy yo! no quiero saber nada más de la extraña mente medieval del claustro de profesores, rompo con todos los lazos edípicos que me unían a usted y a su camarilla de marxistas-pop, gemas de nihilismo, amas de casa fanáticas en esta mazmorra de facultad, en este agujero de conocimiento, trampa mortal para los puros de fe. Creo que sería mucho más agradable repartir periódicos que trabajar con comunistas y amas de casa. Tengo el buen gusto y la elegancia de irme de casa. Que sepa, que son las personas como usted las que a través de los siglos han provocado guerras y esparcido las enfermedades mentales. Me voy. ¡Con Dios señora ama de su casa! porque de mi alma el amo soy sólo yo. Mi destino es mío y lo escribo con el tono adecuado. 

0 comentarios:

Publicar un comentario