sábado, 1 de febrero de 2014



Yo, que me creía un Dios entre los hombres,
Hierbabuena entre hinojos y albahaca
Descubrí a mis emociones labradas en mármol
Para que yo me llame Oscar Yáñez

Yo, que me creía amo de la Razón,
Había creado una bestia que vestía
Cretinas túnicas y mezquinas veleidades.
Para que yo me llame Oscar Yáñez

Ahora, arruinada la conjura de los necios,
Hallo en el fino sentir de la piel que habito
La fuerza con la que baja el río, el
brío del caballo salvaje, la
mirada del águila imperial.
Para que yo me llame Oscar Yáñez.

Hoy, los cielos se presentan poco nubosos
Las tormentas de la identidad dejaron
Paso al habeas corpus de la piel.
Para que yo me llame Oscar Yáñez.

Yo te pido perdón cuerpo mío
Por las noches sin bohemia
Por las copas que no bebiste
Por los bailes que no te supe dar
Por los cigarros que no fumaste.
Disfruta ahora del plato en el que como
De la casa que limpio
Para que yo me llame Oscar Yáñez.

Traes contigo el goce del onanismo
Delicias y perfumes de vida
Camas que te cobijaron
Así como caricias por venir
Para que yo me llame Oscar Yáñez.

Te acompañan perfumes de mujer
Largas romerías nocturnas de devoción a Baco
Y nauseabundas penitencias de madrugada
Para que yo me llame Oscar Yáñez

Pero contra aquello que dice el poeta
¡Vuelvo a ser joven!
Mientras una brizna de hierba acaricie mis pies
Mientras el sol me abrace y
el viento me aliente
¡Vuelvo a ser joven!
Corriendo entre el centeno de mis recuerdos
Hallo siempre el trigo
Y muelo harina de paciencia,
La masa de la vida, y
Con la fe del converso
Grito a pulmón abierto
¡Vuelvo a ser joven!

Hoy reina la belleza
Como en los cielos de Cézanne
Un tiempo contra natura
Un tiempo para reír
Un tiempo para vivir
Un tiempo para esperar lo mejor

Hoy, ¡Vuelvo a ser joven!


29/08/2011

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